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lunes, 30 de junio de 2014

Carta a la mejor amiga






En mi vida, cada persona cumple un papel importante, mi papá es quien me consiente y me hace reír aunque yo no quiera; mi mamá es la que me aconseja y me mima cuando lloro; mis hermanas son las que me sacan las carcajadas más sinceras; mis amigos me hacen sentir estúpidamente querida por ellos; mis abuelitas son las que me dicen todo con un abrazo; mis primitos, los chiquitos, sacan la parte más tierna de mí; mis primos, los grandes, me hacen sentir respeto y admiración; mis tíos son un ejemplo a seguir.

Así, cada quién produce una versión distinta de mí, con sus palabras, sus actitudes, los momentos que vivimos, en fin... Los detallistas preguntarán por una persona que no mencioné. Pero obvio ya saben de quién hablo, es el motivo de este post, ni modo pedirles que adivinen, pues se las puse muy fácil.

Mi mejor amiga, es la persona capaz de hacerme polifacética en cualquier momento, pero ella solita, como se le da la gana; sólo por una razón, después de Dios, ella es la que más me conoce.

No sé, es muy raro, de pronto les pasó igual. Mi mejor amiga, es la de años de amistad, la que es como una hija para mis papás y otra hermana para mis hermanas. Mi mejor amiga es una familia enterita, es un corazón aparte del que ocupan todos, ella me hace polifacética porque ella también lo es conmigo. Ella a veces hace de mamá, de hija, de profesora, de sicóloga.

La cosa es que con ella he pasado tanto tiempo, que le permití conocerme enterita, le conté los secretos que no saben mis papás, le pedí que me hiciera el cuarto en las locuras que mis hermanas jamás apoyarían, me hizo trabajos que las del salón no me hacían y en general he pasado por todas las etapas y transiciones de mi vida al lado de ella, entonces conoce cada detalle de mí.
Esos detalles que no quisieras que nadie recordara, o sea, ella siempre te recuerda el novio feo que tuviste en tal grado; la cagada que hiciste en tal parte; se ríe del ridículo o la estupidez que un día cometiste; llora acordándose de ese momento difícil en el que te acompañó; el caso es que, en serio, ella lo sabe todo.

Lo sabe todo, te conoce tanto, que a veces cuando no te entiendes, cuando te confundes demasiado que no sabes ni lo que sientes, ella en una o dos palabras te descifra el sinsabor que tenías, te dice: " claro es como esa vez, que te sentías así, pero hoy cambia porque es con fulanito y porque esa vez no se te junto con tal otro problema de tu casa; pero es lo mismo" y uno que ni se acordaba que fulanito existía, que tuvo tal problema en la casa y que ella, tan linda como siempre, estuvo ahí.

Porque la mejor amiga es para siempre, si ya pasamos siete años, más o menos, aguantando tanto, ya somos para siempre, como un matrimonio. Y sí, aguantando mucho, porque por lo menos en mi caso, mi mejor amiga es totalmente diferente a mí. En serio, lo único parecido que tenemos son los valores que nos inculcaron y que el futuro lo queremos juntas, porque de resto nada, ni el estilo, ni el hablado, ni las pasiones, ni los gustos. Nuestro amor es directamente proporcional a lo diferentísimas que somos. Pero esa es la gracia.

Lo anterior me hace creer, a veces, que es por eso que hay tanta pelea, porque tengo que aceptarles, parecemos dos pendejas peleando por unas bobadas. Eso sí, nunca hemos peleado por nada importante. Es sólo que yo no me aguanto que tenga que demorarse tanto tiempo para arreglarse cuando yo soy tan rápida y ella no soporta que yo quiera saber las cosas primero, verlas primero, morderlas primero, sobre todo cuando están en sus manos y quiero quitárselas ahora mismo. Y ya, las demás discusiones son normales, que no soporta verme llorar por un hombre que no vale la pena y ustedes ya saben cómo soy yo, con eso de que no me dejen llorar. Y yo a ella, que me dedique tiempo, que deje de estudiar tanto y dormir como morsa y así podría hablar mínimo tres veces al día por FaceTime con esta crespita que la extraña tanto.

En fin, cada uno de ustedes buscará esas razones que lo unen infinitamente con esa mejor amiga, que es única en la vida. Para algunos es el hermano, para otros los papás, para otros una prima; pero a algunos no nos tocó tan fácil, no es de la misma sangre, ni tiene los mismos genes, algunos se lo encontraron en el jardín, en el colegio, en la unidad o en el condominio de la finca. Yo me la encontré caminando, justo en la calle de mi casa... Y bueno, la historia es muy larga, pero así me la mandó Dios, con una familia, unos hermanos y una personalidad, de los que sólo ÉL (Dios) puede separarme.

Para concluir, con tu mejor amigo te sientes como con "el otro tú" que no quieres aceptar o que ni siquiera imaginabas que existía. Pero como sea, a ese amigo solo se le agradece, porque su amor es tan verdadero, que cualquier cosa que haga por ti o contigo, es por tu bien.

PD: les comparto la foto y la persona que me inspiró a escribir este post.






jueves, 12 de junio de 2014

Carta a los colombianos que vivimos este sueño


Siempre he sido muy patriota, me llena de emoción todo lo que se trate de mi tierra. Pero hoy es diferente, hoy me doy cuenta que no era un sueño,  que la ilusión de 48 millones de colombianos se hace realidad. Volvamos a los 80, años en los que el país no solo perdió  la oportunidad de ser el anfitrión del mundial, sino que tampoco participó en él y aparte del futbol, se inundaba de dolor por acontecimientos como la toma del Palacio de Justicia. Aunque todo no es malo, en las eliminatorias del 85 dejaron de jugar con la camiseta salmón, por fin usaron la bandera para el uniforme, y  luego llega Maturana a darle una nueva oportunidad al futbol colombiano a nivel internacional. 


Prontamente los 90 en los que participamos en los tres encuentros mundiales: Italia ‘90, Estados Unidos ‘94 y Francia ‘98; clasificaron con Maturana, clasificaron otra vez con Maturana y clasificaron por última vez hace 16 años con Hernán Darío Gómez. Y no solo los técnicos, porque está claro que no hubiese sido posible sin los grandes como “El Pibe”, Leonel Álvarez, Freddy Rincón, Leider Preciado, “El Tino Asprilla”, Andrés Escobar y las gloriosas manos de Higuita, Mondragón y Oscar Córdoba. No hubiese sido posible, sin todos esos jugadores que participaron en la nómina que nos representó en tres ocasiones consecutivas y dieron lo mejor de sí mismos por un país. 


No importa que Rumania nos haya derrotado en dos mundiales seguidos, pues para la clasificación del 94 derrotamos a Argentina con el inolvidable 5-0. Lamentablemente, no importó que todo el país estuviera unido por la misma causa, para arruinar la fiesta de la participación y además la vida de la familia de Andrés Escobar, el defensa que por un autogol  fue asesinado, responsabilidad que por lógicas razones y por declaraciones de la propia familia se le atribuye a la mafia de las apuestas. Son años que quedaron atrás, mas no en el olvido, pues son los que en el recuerdo mantuvieron viva la ilusión de volver a un mundial; sobre todo para la generación de los 90 –mi generación- pues apenas podíamos hablar o empezábamos a caminar, para cuando el país vivía tal emoción. 


Ahora podemos decir que sufrimos con el 3-3 contra chile, que clasificamos con Pekerman, que sufrimos por la lesión de Falcao, que rezamos cuando el balón va hacía el arco para que Cuadrado o James hagan la jugadita, que intentamos tener el sabor de Armero para celebrar los goles, que rezamos porque Ospina siempre los tape, que casi lloramos con Falcao en la rueda de prensa en la que afirmó que no va al mundial y también nos duele la ausencia de Perea y Muriel; pero sobre todo que damos gracias a todos los jugadores y personas que hacen posible el sueño de Brasil 2014.


Hay algo que me tiene realmente feliz, más allá de los partidos, los jugadores y de que sea mi primer mundial con Colombia; Eso que hay detrás, es el hecho de que el país futbolero que somos se va desvaneciendo entre el azul, el rojo, el verde, el blanco; entre la violencia de hinchas, barras, riñas, que se han llevado la vida de tantos jóvenes apasionados, que inocentes o no, llevan al extremo su amor por un equipo y terminan dividiendo nuestro país en distintos escudos  y en los que son apáticos a ellos. 


Para esta fecha el país se pinta e irradia de amarillo, azul y rojo, todos entonamos con respeto – y los pelitos de punta- el himno que escribió Núñez. Aquí no importa la minoría que no le gusta el futbol, porque es opacada por muchos, que más que nunca tenemos el corazón tricolor, los ojos iluminados por los 23 que nos representan en la cancha y los que están fuera de ella, porque creemos en la capacidad de ellos y porque –tristemente- con o sin Falcao, desde un principio no dudamos en que esta selección nos hará campeones –sin importar hasta qué punto lleguemos- porque calmar la sed de protagonismo y buenos comentarios de nuestro país en el exterior, la sed de triunfo internacional en el futbol, luego de 16 años, ya es mucho – Sin sonar a conformismo-. 


Hace pocas horas se inauguró el mundial Brasil 2014, en dos días tenemos nuestro primer partido y no nos queda más que vivir esta fiesta a la que somos invitados; que la celebración no se vuelva violencia, que no olvidemos la importancia de las elecciones; que nos “empeliculemos” lo que sea necesario, porque estamos ahí y seguramente podremos gritar, bailar, cantar los goles nuestros. 


Que esta aventura sea una hazaña única, para los que la vivimos por primera vez o para los que ya llevan muchas, claro que esperamos que sean más y consecutivas, pero no sabemos cuántos de los que están allá, la próxima no estarán y ellos y usted lo merecen, porque somos uno, somos  Colombia y esta patria sí que lo merece. 


PD: Me queda muy difícil nombrar a todos los jugadores, porque cada uno tiene o tuvo un papel muy importante para la selección en las diferentes oportunidades a las que me refiero, entonces me disculpo con ustedes si en algún punto mi favoritismo los molesta.


 Esta es una prueba más de lo que logra un suceso como el mundial de futbol y lo que logran ustedes como mis lectores, claro que sé –aunque no mucho- sobre esta nómina que me tocó, pero sobre las anteriores y su participación en dichos mundiales fue producto de ardua investigación y lectura.


Como siempre quedo pendiente de cualquier comentario –inquietud, sugerencia, felicitación- eso sí, después del mundial porque estaré muy ocupada disfrutando.